¿Sabes? Soy una persona a la que le encanta viajar. Aunque he de reconocer que el viaje más apasionante que he hecho en mi vida es hacia el interior de mí misma.
La terapia Gestalt me ha ayudado mucho a conocerme, entender cuales son mis emociones, como se relacionan con mis pensamientos y dar sentido a mis sentimientos y a mis actuaciones.
La terapia Gestalt me ha acompañado con mimo, con respeto, con cuidado a tener más conciencia de quien soy yo, de como vivo mi vida, de qué forma me relaciono con las demás personas y si es lo que verdaderamente quiero y necesito.
Hacer un proceso terapéutico no sólo nos ayuda a conocernos mejor, a poder cambiar aquello que no nos gusta o nos hace daño, si no que también nos empodera, nos sana, y facilita que podamos estar en paz con quienes somos y con el mundo en el que vivimos.
Cuando hacemos un proceso de desarrollo personal, como es la terapia Gestalt, y aprendemos a estar en contacto con nosotr@s mism@s, más allá de las preocupaciones, hábitos y ruido mental, y podemos tratarnos sin juzgarnos, y nos mirarnos con amor, compasión y aceptación… podemos entonces descansar en la experiencia de mayor intimidad que podemos alcanzar.
¿QUÉ ES LA TERAPIA GESTALT?
La Terapia Gestalt es una corriente humanista en la que trabajamos con las personas de una forma integral. La mirada gestáltica atiende tanto a la mente, al cuerpo como a las emociones.
Trabajamos con la conciencia y con el potencial humano para que la persona pueda realizar un proceso de crecimiento y desarrollo y alcanzar así una vida más plena.
A diferencia de otras terapias más enfocadas en el pasado, el la terapia Gestalt partimos del momento presente. La persona trae a la sesión las cosas que le preocupan en la actualidad y desde ese punto vamos ampliando la mirada, la conciencia de lo que le ocurre, para poder entender no solo el origen de sus mecanismos, sino para tomar conciencia de cómo gestiona sus emociones, como son en la actualidad sus patrones de comportamiento y cómo le afecta a su vida.
Mediante técnicas experienciales y una mirada de respeto, aceptación y comprensión, la terapeuta o el terapeuta, acompaña a las personas en su proceso de crecimiento y desarrollo. Hacer un proceso terapéutico nos dan la oportunidad de poder vivir de forma coherente, de acuerdo a lo que pensamos, sentimos y somos.
Otra característica distintiva de la Terapia Gestalt es que l@s terapeutas también hemos hecho un proceso terapéutico. Se quedan muy cortos los conocimientos técnicos cuando la persona no se ha trabajado a sí misma. No conoce sus heridas y las ha trabajado, sus miedos y los ha trabajado… Paralelamente a nuestra formación técnica desarrollamos nuestro propio proceso de desarrollo lo que nos permite acompañar de forma más limpia, respetuosa, cuidadosa y empática.
Y ya para concluir, y a modo de síntesis, me gustaría decir que la Terapia Gestalt es una terapia que nos ayuda a re-educar la manera en que nos manejamos con los demás y con nosotr@s mism@s… abriéndonos así las puertas DEL CAMBIO.
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