PODEROSAS CARICIAS. La mejor de las terapias.
Las personas nacemos con cinco sentidos (Vista, Oído, Olfato, Gusto y Tacto) este último es el único imprescindible para nuestra supervivencia, ya desde nuestro nacimiento necesitamos de las caricias. La piel es nuestro sistema nervioso exterior que nos comunica con el medio ambiente y con los demás.
El psicoterapeuta Claude Steiner, desarrolló una teoría denominada «La economía de las caricias», donde pone de manifiesto, los efectos que produce en el ser humano, crecer, desarrollarse y vivir, dependiendo de la abundancia o escasez de signos afectivos.
Investigaciones científicas evidencian que la ausencia de caricias provoca retraso en el desarrollo del neonato, incluso puede llevarle a la muerte, a pesar de garantizarle una alimentación e higiene correctas para su supervivencia. La necesidad de estímulos es tan influyente en la armonía del desarrollo humano que cuando no recibimos una cantidad mínima para sobrevivir, el cuerpo entra en una dinámica de enfermedad y muerte.
Muchas enfermedades psicológicas de Occidente tienen como causa principal la ausencia de amor: depresión, neurosis, ansiedad son generados de alguna forma por esta carencia. Steiner aseguraba que las caricias eran imprescindibles para sobrevivir.
Las sensaciones placenteras a nivel físico modifican nuestro ánimo. El contacto de los seres humanos facilita cambios positivos de comportamientos motores, emocionales y de atención, favoreciendo el equilibrio y el buen humor. Caricias, masajes, abrazos; son la mejor terapia para los desequilibrios emotivos. Las terminaciones nerviosas de nuestra piel envían señales al cerebro; éste libera ciertos compuestos que benefician no sólo nuestro estado de ánimo sino que pueden detener o incluso curar ciertas dolencias.
Si carecemos de ellas, del contacto físico, un mecanismo interno estaría dispuesto a conseguirlas a cualquier precio concluye este especialista, incluso aceptar caricias negativas, ante la idea de no recibir ninguna.
L@s niñ@s, por ejemplo, cuando se rebelan reiteradamente y sin motivo “objetivo” aparente quizás lo que hacen es buscar con desesperación la atención de unos padres ausentes. Con su comportamiento agresivo, rebelde, transgresor hacen una llamada exasperada a sus padres para que los miren, los atiendan.
Otro enorme beneficio de tocar a los demás es que es un poderoso atajo para comunicar nuestros sentimientos más profundos de una manera más directa.
Me gustaría añadir que no solo sufre quien no recibe caricias, sino también quien no las expresa. En una investigación realizada en la Universidad de Stanford dirigida por James Gross, se concluye que suprimir la expresión de las emociones conlleva altos costos psicológicos, sociales y en la salud en general. A partir de esta investigación, las personas que no suelen manifestar sus emociones son más infelices y se sienten más aisladas.
Es una lástima que con los años tendamos a tocar y ser tocados menos teniendo en cuenta lo sumamente sencillo y eficaz que resulta. Parece como si ya de mayores tendiéramos a vivir más en nuestra cabeza que en nuestro cuerpo y solo en contadas ocasiones nos diéramos permiso para entrar en contacto físico con los demás. No sería extraño que fuera esa una de las razones por las que tanto nos gustan los animales domésticos, ya que ellos nos dan continuamente su afecto por medio del tacto de forma incondicional.
Y ya para terminar lanzo la siguiente invitación: explorar con el contacto de las personas cercanas, permitirme el derecho a acariciar y ser acariciad@, como ser humano digno de amor que soy.
Un artículo muy sabio
Muchas gracias. Un saludo.
Que gran realidad. Que sencillas son las caricias y cuánto poder tienen en el ser humano. Un abrazo.
estoy muy de acuerdo con los conceptos que transmitis. Y pongo la palabra acuerdo porque tiene que ver con acordar, que se relaciona con el corazón. Y a la vez el corazón es, desde algún lugar, que es muy largo de explicar, el órgano de las importancias. Acuerdo con la importancia de este texto desde el corazón. Continuaré enriqueciendome con tus escritos.
Gracias
Hilda Zybert
Gracias a vosotr@s por vuestros comentarios.